domingo, 20 de febrero de 2011

LLegó la primavera











Hace algunas semanas que la primavera quería hacer su aparición. El duelo que bate contra el crudo y triste invierno lo esta ganando. Los preciosos almendros en flor así lo acreditan:¡Touché! Ya es algo innegable. Estamos a veinte de febrero y los veintidos grados de temperatura hacen delicioso pasear por los alrededores del volcán fósil de Barqueros (Murcia). El zumbido de los insectos, el primer deambular de la joven Culebra de Escalera, los renacuajos en las canalizaciones del agua que afloran entre los pliegues fosilizados de lava, nos recuerdan una actividad volcánica remota, que nos ha dejado su huella imborrable en este paisaje árido y maravilloso.

La vida comienza cada primavera en estos pequeños detalles, nos arrastra sutilmente, queramos o no, hacia adelante en un desbocado calendario, como una suave brisa que nos activa, que nos renueva y que nos motiva. Con un lenguaje no escrito y que nuestro cerebro no alcanza del todo a comprender, nuestras células se alteran al impulso de la primavera, como la madera seca y retorcida de estos almendros que explotan en millones de preciosas flores entre blancas y rosas.


Esta mañana he sentido la primavera. Atrás queda, tan sólo, otro invierno más.

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