sábado, 17 de septiembre de 2011

Alopecia androgénica









Agobiado por estar sufriendo la crisis de los cuarenta y verme, continuamente, en el espejo mi calva cada vez con más nitidez, fui en busca de mi estilista de cabecera. Tras tranquilizarme, me hizo pasar a un pequeño cuarto donde me sentó en un sillón reclinable y desapareció. De pronto comenzó a sonar la misma música que semanas atrás escuché en la clínica dental y eso me puso de mala hostia. Un foco enorme, como los que usaban, para los interrogatorios, los de la KGB, me comenzó a calentar la cabeza por segundos. Cuando escuché la puerta miré a través del espejo y apareció mi estilista disfrazado del doctor House. Sentí temor al ver en su mano un extraño aparato en forma de huevo de color negro y una mascarilla tapando su boca. Tranquilo -me dijo, voy a pasarte esta microcámara por el cuero cabelludo para poder darte un mejor diagnóstico. Aquí somos buenos profesionales -puntualizó.
La verdad es que toda aquella escenificación me dio ganas de salir corriendo, pero con aquel tipo encima, encerrado en aquel cuartucho me sentí bloqueado y me dejé hacer.
José -me dijo, te voy a tomar varias fotografías para hacerte un análisis capilar en profundidad, este servicio se cobra a parte, tan sólo son cien euros, pero nos ayudará a conocer mejor tu problema y poder aportarte soluciones. Son fotografías digitales de trescientos aumentos -matizó.
Tras sacarme otros cien euros más por la consulta, una cajita de ampollas y un champú, por fin me dio el diagnóstico: Alopecia androgénica, por lo que me dijo que no podíamos hacer gran cosa, a parte de ponerme ampollas -a precio de oro- y darme masajes para que la calva ralentizara su velocidad de crecimiento.
Sintiéndome, definitivamente, un calvo más, decidí afeitarme toda la cabeza al cero: ¡para poca salud, ninguna! -me dije.
Ahora cada vez que me miró al espejo y me veo calvorota, recuerdo que, cuando era pequeño, me fijaba en todos los calvos que veía. No sé porqué, al verlos sentía siempre una mezcla entre temor y compasión.
Ahora el calvo soy yo, con cuarenta años más y doscientos euros menos.
El único consuelo que me queda es que, ahora, por fin, no tengo un pelo de tonto.

1 comentario:

  1. hola amigo,asi q tu corte de cabello si q te costo un ojo de la cara por decir lo menos,mi madre me critica q gasto 50 soles osea 18 dolares por mi corte, pq hay gente q por 4 soles osea algo de un dolar y medio te corta o te rapa, jajajjja. 200 euros osea 800 soles aproximadamente el 75% de mi sueldo te imaginas..... pero la belleza tiene su costo nooooo pero me siento abofeteada por ese costo jajjjaaa, mi cabellera es larga si quieres te guardo un poco jajajjajajaa, quiero ver tu nuevo lock, espero nooooo una fotito nueva.

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