domingo, 12 de mayo de 2013

Bendito vibrato


Hacia mucho tiempo que no cantaba para un grupo tan numeroso de mujeres. Rubias, morenas, menos rubias y menos morenas, mayores, jóvenes, tres fotógrafos, un jefe con cara de jefe, dos camareros vestidos de camareros, y una señora de la limpieza ataviada con su uniforme reglamentario.
Afiné mi voz. Me subí los pantalones, pues los llevaba colganderos. Arreglé mis faldones. Limpié el sudor de mi frente para que no brillará en exceso con los flashes de las cámaras. Y canté. Canté, como siempre, plagiando a mis admirados Juan Luis Guerra y Luis Miguel, dominicano y mexicano respectivamente, y que tantas tardes de gloria me han brindado sin haberles pagado ni un euro de copyright. Eso sí, tengo que reconocer que llevo más de treinta años comprando religiosamente sus discos.
Pero como iba diciendo. Ellas y ellos estaban allí, frente a mí, esperando que de mi garganta afloraran unos acordes en un idioma totalmente desconocido y que me habilitaba para equivocarme con la letra y que la gente no se partiera el culo de la risa como suele ocurrir cuando sí entienden lo que digo.
Mi vibrato, como dice mi amiga Yolanda Huertas -cantante donde las haya y buena chica como pocas- tiene "un algo" especial. Y ha de ser cierto, ya que aunque mi voz no tiene la potencia de la de Plácido Domingo, más bien tiene la de un " Jodido Lunes" cuando comienzo a ejercitar esa mágica vibración la gente cambia el rictus de ajo porro que suele traer a los sitios donde yo suelo cantar y se les ilumina la cara.
Así es que, aunque me cueste reconocerlo, intentando ser cantante, a lo único que he conseguido llegar es a ser un gran vibrador.
Me gusta hacer vibrar tanto como detesto la indiferencia y la apatía, así que, cuando siento que hace falta un poco de conexión con el público o con la gente, decididamente me pongo a cantar. 
Y, aunque no se lo crean, ese arma secreta siempre me funciona. 
Bendito vibrato.

5 comentarios:

  1. Qué bien veo que también tiene el don de cantante, quizá un día se anime e improvise un concierto. Si tu vibrador le da resultado no importa que la audiencia no entienda tus melodías. Felicidades señor cantante….

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  2. La madre del cordero, que guapo que esta el payo, y esa corbata que te ha regalado tu amigo Emilio Botin que bien te sienta.

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  3. Me encantaría cantar bien jejeje pues sería peor que los xinos con el karaoke jajaja
    tengo poca verguenza asi que sería el alma de la fiesta como tu en este caso que nos cuentas...que envidia me das.

    jejeje

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  4. Oleeeeee!!!!! Bendito vibratoooo.

    Da igual que seas cantante, o no, cuando las cosas se hacen de corazón llegan a donde uno quiere!!

    Ojala consiga yo ese vibrato algún día!!

    Un besazo.

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