jueves, 25 de septiembre de 2014

El collage que no te di


Ahora que no estás, mamá, me resulta muy extraño escribir. No sé ni sobre qué hacerlo, ni por dónde empezar. Es como si se me hubieran esfumado las ideas. Como si mis argumentos, de golpe, se hubiesen evaporado. Hace tiempo que presagiaba este suceso, esta sequía creativa, este vacío de contenidos, esta resequedad mental. En los últimos dos años era mi pesadilla más recurrente.
Hurgo en mi cerebro sin resultado. Miro el atardecer buscando la inspiración y su policromía no me sugiere nada. Me refugio en mi álbum de fotos y siento lo mismo que si mirara un listin telefónico. Estoy a cero. Hueco. Extraño.
No sé cómo saldré de aquí, de esta caverna sin dibujos prehistóricos, sin huellas de manos, sin restos óseos, repleta de humedades, de charcos y de sombras.
La ausencia de mi madre, tú ausencia, me ha transformado en otro, alguien inválido, disminuido, lisiado, tullido, erosionado, desgastado, débil. El calor de su pira ha secado de lleno mi creatividad.
Al esparcir tus cenizas se me han cegado los ojos. Ya no veo las cosas tan claras. Mi suelo se ha movido tras tu partida. Los chistes ya no me hacen gracia. Ni la música. Ni los bailes. Los libros, sean cuales sean, me resultan odiosas sopas de letras sin sentido. 
Mi madre, sin yo saberlo, agarraba fuerte de mi. Amortiguaba mis caídas de funambulista con su invisible red. Regaba mis pies buscando que, por fin, enraizaran en alguna parte. Con sus recriminaciones me acotaba el camino del bien y del mal. Con su ausencia siento que mi brújula se ha desnortado.
Lo sé, mamá. Sé que tú aún no querías marcharte. Te faltaron bailes, y bingos, y comidas de familia, y nietos por conocer, y bisnietos. Setenta y un años fueron muy pocos años. Ahora que por fin habías reinado en tu tierra te llaman a filas al Reino de los Cielos. Si allí hicieran concursos, mami, preséntate; con tu belleza y tu desparpajo seguro que ganas de nuevo como hiciste en el Centro de Mayores de La Flota, pero allí reinaras para siempre. Y mira que te digo, si en La Flota fue el Alcalde de Murcia el que te invistió de reina: ¿te imaginas quien te impondrá tu corona en el cielo? ¡Ah! y por mí no te preocupes, cuando se me pasé la tristeza intentaré ser mejor de lo que fui para que, estés dónde estés, te sientas muy orgullosa de mí. 
No fuí, mamá, lo sé, el mejor hijo del mundo, pero lo intenté. No hay muchas madres a las que sus hijos le hayan hecho un collage como el que yo te hice y que nunca te dí. Me quedaron otras muchas cosas por darte. Y ya es tarde, mami.
Lo siento. Lo siento mucho de veras.

7 comentarios:

  1. Creo que fuiste capaz de escribir uno de los textos mas profundos y emotivos que tuve oportunidad de leer en tu blog. Espero que pase pronto esta sensación de tristeza. Se nota que la recordas con amor. Un abrazo, S.

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  2. Jose has escrito con el corazón, puedo decirte que para mí es el mejor relato que he leído en tu blog, ahí refleja los sentimientos de un hijo que amo y amara por siempre a su madre. Tiene razón no es cualquier hijo que le hace un collage como el que tú le hizo. Ella donde quiera que se encuentre será la inspiración y la fuerza que necesita.

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  3. Precioso relato , y al vez amargo . Imposible leerlo sin que se te humedezcan los ojos :(

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  4. No sabía nada Pepe, mi más sentido pésame, pero que manera más bonita que has tenido para decirle adiós, las madres como tu bien dices aquí, siempre están para lo bueno y para lo malo son únicas. Y como tu bien dices somos carne de su carne, que mejor manera de entender ese estrecho lazo afectivo. Ánimo y un fuerte abrazó.

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  5. José, siempre he dicho, que cuando nuestros padres están con vida tenemos esa maravillosa sensación de que nada nos hace falta por hacer con ellos pero cuando mueren nos damos cuenta que esa sensación no es mas que un espejismo y que faltó mucho por hacer, más no es culpa de nosotros por que en vida lo que damos lo damos con un amor infinito así que solo la muerte nos enseña que con ellos nada es infinito, ni nada hubiera sido suficiente, ella no esta y tu dices que murió en su dolor y desdicha quizás a en lo terrenal por que en donde ella esta ya nada duele, ni el alma ni el cuerpo.
    Ninguna palabra de aliento podrá darle sosiego a tu corazón, por ahora, es algo que solo se aprende a sobrellevar pero jamás se supera y es ahora donde en realidad comienza tu tarea como hijo y es la de honrar hasta el día en que los dos estén juntos, sus enseñanzas, sus obras y su vida misma, animo José, ella termino con altas calificaciones su tarea en este mundo una de ellas eres tú...................................................tu amiga que siempre te recuerda Kathy.

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  6. Muchas gracias a todas y a todos por vuestras palabras de consuelo. Un abrazo fuerte.

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  7. Me pone triste saber que estas triste,l vida sigue y seguramente a tu mami le gustará que la vivas bien vivida..un fuerte apapacho..

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