sábado, 3 de marzo de 2018

Perniciosa tendencia con olor a mierda


Escucho el murmullo de la lluvia mientras en la televisión suena el playlist de Murakami. Quemo incienso. La tarde, batiéndose en retira, aún me brinda algo de luminosidad. Me detengo en la absurda contemplación de las pompas que generan las gotas de lluvia al chocar contra la superficie de los charcos. 
Escribo rodeado de juguetes que ahora, por fortuna, aunque parecen observarme con cierta displicencia, están mudos. 
Miles Davis junto a John Coltrane tocan "Live in Paris". Yo no vivo en Paris. Paris es una ciudad ocupada, que se aleja cada vez más de los tópicos románticos que la encumbraron. Pero, por desgracia, no sólo le sucede eso a Paris, también le ocurre eso a Barcelona, y a Madrid, y también a Amsterdam, y a Venecia, o hasta la misma New York, por citar sólo unos ejemplos.
Cuando el tópico se materializa se convierte en marketing. Bueno, en realidad, a poco que nos descuidemos, todo se convierte en marketing. Y las ciudades, convertidas así en producto de consumo, esconden su esencia como hace una tortuga asustada, azuzada por un zorro, dentro de su concha.
Las ciudades prostituidas se revelan y en lugar de ofrecer al visitante ese lado bucólico que las encumbró, ofrecen su lado más vacuo, más nimio, y más materialista como en una especie de reacción inconsciente de autodefensa, intentando con ello volver a ser lo que ya nunca serán.
Perdón que les cambie de tema, pero ya está más oscuro. Lee Morgan toca la trompeta que es un primor. Enciendo otra barrita de incienso y prosigo.
La idea fuerza de este relato pretende aunar mi voz a todos aquellos que vaticinan que la masa nos destruye. La tendencia es un tornado arrasador. Todos a una. Y todos somos muchos. Demasiados. Todo se agota. Hasta el arroz se agota. La miel se agota. El maíz se agota. El petróleo se agota. El pescado se agota. El agua se agota. Hasta mis letras se agotan.
Hay quién le llama a esto globalización. Yo le llamo mierda.

16 comentarios:

  1. Lo dejamos en mierda entonces.
    Saludos.

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  2. El mundo esta irascible y no podemos dejarnos contagiar.
    Aunque ya estemos hartos de ser globalización

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  3. Maravilloso, te quedan otras ciudades, grandes y sin tanta mierda. Lo que nunca se agota es la corrupción.
    Brillante, excelente reflexión.

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  4. Es que no puede denominarse de otra forma. Estamos acabando con todo y no sé si haya tiempo para recuperar lo verdaderamente importante.
    Sí, es muy brillante tu entrada.
    Un abrazo esperanzador.

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  5. Certera y profunda meditación y te digo que la comparto también en lo básico.
    Magnifica y didáctica reflexión.

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  6. Creo que cada vez somos mas conscientes que vivimos bajo el influjo de los tópicos. Y la realidad es cada vez mas alejada de lo que imaginamos que es.

    Besitos dominicales :)

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  7. Me has abierto los ojos.
    Es verdad!! Mirándolo así...Todo es una mierda.

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  8. Razón razón no es que te falte José... pero de ahí a terminar el discurso, que tan bien llevabas, con ese "pastel"... :))))

    Fuerte abrazo.

    PD: La vida en sí... no es exactamente así..., aunque pueda parecerlo!

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  9. La más pura mierda.
    Si, eso es lo que es.

    Saludos,

    J.

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  10. Mientras todo se termina y se consume, hace años que lo sabíamos pero seguíamos consumiendo. Pero el peor plato lo trae la televisión hasta inflarnos la barriga...aún así, hay gente de miles de sitios que conservan su dignidad, gentes que no se meten en ningún sitio para alzar su voz. Son personas que pueden morir mañana o hacerse viejos pero que en su silencio, pueden decir que vivieron a pesar de los pesares, aunque enten enfermas...

    Muchas gracias por sus comentarios amigo.

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  11. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  12. Parece que estás hoy un poco negativo. La lluvia nos vuelve melancólicos.
    Feliz comienzo de semana.

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  13. Con lluvia todo parece más negro, cuando salga el sol y sea primavera lo veras mucho mejor. Besitos.

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  14. Umm... espero que no sea así del todo, tanto las ciudades como la vida. Mira que yo soy de pueblo y me gusta más la ciudad con todos sus defectos. Saludos.

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  15. "La masa nos destruye". Ya lo decía mi madre que siempre vivió alejada de la ciudad : " La muncha gente pa' la guerra", y adaptándola a la reflexión de José la dejaremos en "La muncha gente pa' la mierda".

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